EXPOSICIÓN "DESDE LA AUSENCIA NACE LA NECESIDAD", JOKIN ABAITUA

az.22abe.(abe. 22)17:00al.10Urt.(Urt. 10)20:00(Abendua 22) 17:00 - (Urtarrila 10) 20:00 EXPOSICIÓN "DESDE LA AUSENCIA NACE LA NECESIDAD", JOKIN ABAITUAElai Alai AretoaJarduera motaExposiciónGratuito

ordutegia

17:00 h - 20:00 h

lekua

Elai Alai Aretoa

Foru plaza, 2, 48300 Gernika-Lumo

Gertaeraren xehetasunak

Simone Weil:

“Todo cuanto en mí es valioso procede sin excepción de más allá de mí, y viene, no como don, sino como préstamo que debe ser renovado sin cesar. Todo cuanto existe en mí sin excepción carece absolutamente de valor; y todo lo que me apropio de esos dones llegados de otras partes pasa inmediatamente a carecer de valor.”[1] Si un don que desciende en forma de préstamo pierde su propio y único valor específico en el mismo instante que pasa por mí, no cabe esperar poseer nada de la Pintura. Por lo tanto, sin esperar nada a cambio del esfuerzo, el acto de pintar no debe ser considerado desde su objeto, sino más bien desde el impulso. No debo considerar a dónde va, sino de dónde viene. Para Simone Weil: “El objeto de una acción y el grado de energía que la alimenta: distintas cosas”. [2] Aun sabiendo que pintar no va a ningún lado, pintar será la única forma de renovar ese don prestado. “El bien operado de ese modo, casi a pesar de uno, casi con vergüenza y remordimiento, es puro. Todo bien absolutamente puro escapa por completo a la voluntad. El bien es trascendente”.[1] Parece que a veces, en el acto de pintar, lo universal desciende a lo particular. Pero siempre lo hace a través de un movimiento descendente, nunca se trata de un movimiento ascendente. Ya que corresponde a un movimiento de la Creación, no mío. No hay ninguna fuerza en mí que me permita elevarme. Su ausencia será entonces el modo de aparición de lo Sagrado, lo que provoque en mí la necesidad de Pintura. Simone Weil define la necesidad como “ver las relaciones entre las cosas y uno mismo”.[2] Atendiendo a estas relaciones entre las cosas y nosotros mismos, debemos llegar a reconocer lo que nos viene dado de fuera, desde la gracia hasta la desgracia. Los motivos que son completamente puros siempre provienen de más allá de uno (de otra parte). Así, la noción de necesidad surgirá desde la atención hacia nuestra relación con las cosas, a la vez que esta noción será la que nos proporcione un sentido de la obediencia al que ya jamás podremos desatender.


[1] Simone Weil. La gravedad y la gracia (1994). Carlos Ortega Bayón. Editorial Trotta, S.A. Madrid. Página 91.

[2] Simone Weil. La gravedad y la gracia (1994). Carlos Ortega Bayón. Editorial Trotta, S.A. Madrid. Página 93.