"BAKE LEHORRA", TARTEAN TEATROA

El 24 de mayo de 1872, en Amorebieta, el General Serrano y el Diputado Orue negocian la paz en un ambiente de cordialidad diplomática; un poco más abajo en la pirámide social, al otro lado de la puerta, oficiales de ambas partes (carlista y liberal) protegen la seguridad de los políticos mientras minimizan el odio y el desprecio mutuo; más abajo en la escala social, en un campamento carlista de Morga, los carlistas van a fusilar a un soldado liberal, pero se suspende la ejecución hasta que se aclare el resultado del pacto para la paz; en aquel mismo momento, a nueve leguas en el camposanto de Oñati, dos campesinos lloran ante la tumba de un niño, muerto por una bala perdida que salió en un enfrentamiento entre liberales y carlistas; nadie sabe de qué lado salió la bala. Todas estas escenas se intercalan y encadenan en la narración. Cuanto más alto va a nivel social, mayor es su responsabilidad en la masacre. Cuanto más abajo va, más grande es el sufrimiento generado por la masacre. Más grande el resentimiento y el odio.